“La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza pecaminosa es débil. Así que Dios hizo lo que la ley no podía hacer. Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en ese cuerpo, mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros”. Romanos 8:3
El peor error que hemos cometido los cristianos es creer que el pecado domina nuestra vida. Un ejemplo es, la Biblia dice que Jesucristo compró a su Iglesia mediante su muerte, pero cuando muchos de los predicadores hablan a la Iglesia le hablan de su pecado. Muchos predicadores le hablan a la iglesia de lo sucia y repúgnate que es delante de Dios por su pecado, es decir, muchos de los predicadores no creen la palabra de Dios. Estoy hablando de los que le hablan a la Iglesia y no hacen distinción de los que no conocen a Jesucristo como su Salvador.
“» Entonces cuídense a sí mismos y cuiden al pueblo de Dios. Alimenten y pastoreen al rebaño de Dios —su iglesia, comprada con su propia sangre— sobre quien el Espíritu Santo los ha designado ancianos. Hechos 20:28
!Cuiden al pueblo de Dios! Estas son órdenes a los ancianos y a los líderes. Ya la iglesia no le pertenece a satanás, ya es de Dios, el pecado ya perdió el dominio y todo su poder. De esa manera se cuida, se alimenta y se pastorea a la iglesia. La iglesia ya no está dominada por el pecado.
“Porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo”. 1 Corintios 6:20
Romper el dominio del pecado significa que el pecado no determina si eres Iglesia, si eres hijo de Dios, si eres santo, no determina tu salvación. Cuando la iglesia entiende esto, rompe con el dominio del pecado y se somete a Dios. El pecado es el problema de la humanidad, pero no es la solución, Cristo fue la solución definitiva al pecado. Ahora no somos dependientes de la mente y naturaleza pecaminosa.
1. - Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros.
“La ley de Moisés no podía salvarnos, porque nuestra naturaleza pecaminosa es débil. Así que Dios hizo lo que la ley no podía hacer. Él envió a su propio Hijo en un cuerpo como el que nosotros los pecadores tenemos; y en ese cuerpo, mediante la entrega de su Hijo como sacrificio por nuestros pecados, Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros”. Romanos 8:3
Fue Dios el que lo hizo posible, fue Dios quien declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros. !No nuestro esfuerzo por medio del comportamiento!. Hoy en día veo una insistencia en los púlpitos por condenar a la Iglesia y hacerla sentir pecadora e in-merecedora de Dios. !El mensaje de la cruz se ha distorsionado!. Es muy diferente hablarle a la gente que no es Iglesia, pero desde el púlpito no se hace diferencia. Al final el evangelio esta distorsionado porque pone énfasis en el pecado, y condena a la Iglesia que Cristo ya compró con su sangre, pero no se pone énfasis en el poder de Dios. Dios ya rompió el domino que el pecado tenía sobre nosotros.
“Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados”. Efesios 1:7
¿Cuántas veces has escuchado un sermón que te condena por tu pecado aun siendo iglesia? ¿Cuántas veces has escuchado un sermón que te dice que eres libre de pecado? Hoy en día hay gente predicando que el Espíritu Santo te va a liberar, otros dicen voy a orar por ti por liberación, otros dicen “necesitas ser liberado” … pero nunca dicen que Cristo ya compró nuestra libertad hace más de dos mil años. No le dan la gloria al hecho de que Cristo fue el que pago un alto precio, que Dios dio a su hijo Jesucristo en propiciación (satisfacción) por nuestros pecados. No le dan la gloria a Cristo que fue crucificado para clavar el pecado en la cruz.
El precio ya está pagado, solo tienes que aceptarlo y dar el honor a Jesucristo, fue un acto único de una vez y para siempre.
El no entender esta verdad te esclaviza al dominio del pecado, de ahí viene tal confusión de personas mal preparadas en la palabra, ignorando la verdad. Predicando herejías, atando y esclavizando a los hijos de Dios. Negando la obra de Cristo en la cruz. Regresando al mensaje de la ley, basada en obras, basada en el pecado, basada en tus fallas.
La ley del pecado te esclaviza al pecado y a la muerte, la ley del pecado te condena, la ley del pecado te domina y te mata, eso es lo que dice la escritura. No hay esfuerzo humano que pueda sacarte de este círculo vicioso de pecado, culpabilidad y muerte. Por eso la ley es débil, la ley es ineficaz para santificar, para salvar, para liberar. La ley ya cumplió su propósito de mostrar el pecado y el problema, la ley ya cumplió su propósito de mostrase ineficiente ante el pecado, la ley no es la solución. ¡La solución es Cristo!.
Cuando pones el enfoque en el pecado no puedes salir de este círculo de culpabilidad y muerte. ¡Estas enfocado en el problema, no en la solución! Cuando tu enfoque es el pecado no ves a Cristo ni su obra tan grande en la cruz.
“Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al reino de su Hijo amado, quien compró nuestra libertad y perdonó nuestros pecados. Colosenses 1:13-14
Por eso Pablo escribió:
“!!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado”. Romanos 7:24-25
Ahora ya no estamos en el reino o dominio del pecado, ahora estamos en el reino de Jesus, ahora dependemos del Rey y su autoridad. Aun el sacerdocio antiguo ya cambio, la ley cambio, ahora gobierna la gracia de Cristo. ¡Bienvenidos al reino! Por eso Jesus predicaba, “el reino de los cielos se ha acercado”
2.- Entrando en el reino de Jesucristo:
“Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto”. Romanos 7:8
Sin ley el pecado está muerto, entonces con ley el pecado esta vivo. Y no solo vivo, sino que toma el lugar de Cristo, para matar y destruir. El pecado quiere reinar y lo logra engañando a la carne. Un hijo de Dios no puede someterse a la ley, porque la ley es ineficaz, la ley sirve al pecado. No porque no sea buena, sino porque la carne es débil y no puede someterse. La ley es buena y es santa, pero ante el pecado es ineficaz. Un cristiano está separado de la ley, para el cristiano ya no aplica la ley. No podemos darle vida a la ley. “Porque sin la ley el pecado está muerto”.
“Por una parte, la ley anterior queda anulada por ser inútil e ineficaz”. Hebreos 7:18
Mas claro no se puede. Por eso todos nosotros necesitamos un salvador, alguien que pague el precio, alguien que nos rescate de la esclavitud del pecado. Eso le fue revelado a Job en el cap. 33. Para alguien que se creía justo, Job se analizaba a sí mismo, hasta que fue confrontado por su necesitad de un salvador, alguien que pagara el precio de su rescate. Si Job no necesitara un rescate, entonces hubiera sido salvo por sus méritos, lo cual es imposible para Dios.
Nosotros no pertenecemos al reino del pecado. Pertenecemos al reino de Dios. La ley no gobierna nuestra vida, es Cristo. Permite que la gracia reine en tu vida.
“Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”. Romanos 6:14
Estamos bajo el señorío de Dios mediante la gracia. No podemos permitir que la ley dicte nuestras vidas, la ley se basa en el pecado. La obra de Cristo está basada en el amor, en una relación con Cristo, en la unión entre nosotros. ¡Cristo quito el pecado mediante su muerte.!
“Si eso hubiera sido necesario, Cristo tendría que haber sufrido la muerte una y otra vez, desde el principio del mundo; pero ahora, en el fin de los tiempos, Cristo se presentó una sola vez y para siempre para quitar el pecado mediante su propia muerte en sacrificio”. Hebreos 9:26
Cristo anulo el pecado que había en medio, Cristo quito el pecado y ahora es la gracia la que gobierna en nuestra vida. Ahora reina la gracia para que el poder de Dios se glorifique en nuestra vida, esto es mediante su poder y no el de poder de nuestra carne.
“Cuando él murió, murió una sola vez, a fin de quebrar el poder del pecado; pero ahora que él vive, vive para la gloria de Dios”. Romanos 6:10
Mucha gente interpreta que nosotros podemos luchar y vencer el pecado. El nacimiento de los hijos de Dios es algo espiritual y no carnal, no podemos mantener nuestra fe con un esfuerzo carnal. Nadie fue a la cruz sino Cristo, cuando Cristo fue crucificado nosotros también fuimos crucificados espiritualmente, eso quebró el poder del pecado de manera espiritual. El pecado ha sido anulado, ahora reina la gracia de Dios sobre nosotros.
“Sabemos que nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo para que el pecado perdiera su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos del pecado.”. Romanos 6:6
El pecado perdió el poder no por lo que nosotros somos capaces de hacer, si no por la obra de Jesus. Ahora debemos someternos a Jesus mediante la gracia. Una mente pecaminosa, es decir dominada por “el poder del pecado” pensara que el pecado determina su posición ante Dios. Una mente pecaminosa, le da poder al pecado y permite que el pecado determine sus acciones y actitudes. No hay iglesia pecadora, hay iglesias mal ensenadas por líderes, pastores y maestros ignorantes de la gracia divina.
“Entonces, así como el pecado reinó sobre todos y los llevó a la muerte, ahora reina en cambio la gracia maravillosa de Dios, la cual nos pone en la relación correcta con él y nos da como resultado la vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor”. Romanos 5:21
Esta es la entrada y permanencia en la vida eterna, debemos entender que fue por medio de Cristo que ahora fuimos libres del pecado. En la antigüedad reinó el pecado por medio de la ley, pero por medio de Cristo ahora reina la gracia, la cual nos pone en relación correcta con Dios. En esto consiste la obra de Cristo. Ahora ni el pecado, ni la mente pecaminosa domina nuestra mente. Ahora somos gobernados por el poder de Dios mediante su palabra y su promesa. Eso es estar muertos al pecado y vivir para Dios. O nos sometemos al pecado, o nos sometemos a Dios.
El pecado pierde su poder completo cuando nos sometemos a la verdad de Dios, y ahora no es el pecado el que determina nuestra relación con Dios, ahora es la gracia maravillosa la que reina o gobierna nuestra vida. Esto nos mantendrá unidos a Dios y a Jesucristo. Esto nos mantendrá glorificando a Dios y no a nuestra carne. Entonces el pecado pierde su poder.
“Pues, cuando morimos con Cristo, fuimos liberados del poder del pecado”. Romanos 6:7
Ahora estamos bajo el reinado de Cristo, un trato de hijo a Padre, un trato especial, un trato diferente, es un reino nuevo, el reino de Jesucristo. Eso es perder el domino del pecado sobre nosotros. No cedamos poder al pecado, el pecado ya no tiene poder sobre nosotros. No podemos someternos al pecado, ni darle la oportunidad que reine en nuestra vida. El pecado no dicta nuestra condición de hijos de Dios.
“De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús”. Romanos 6:11
Ahora debemos someternos a la gracia de Dios. Una mente pecaminosa pensará que el pecado trae maldición, castigo y muerte. Una mente liberada por el poder de Cristo sabrá que ahora reina la gracia de Dios y el Señor al que ama disciplina, no conforme a la ley, no conforme a la carne, si no con su misericordia y con su gracia. Conforme a la justicia de Cristo.
“El pecado ya no es más su amo, porque ustedes ya no viven bajo las exigencias de la ley. En cambio, viven en la libertad de la gracia de Dios”. Romanos 6:14
La ley produce ceguera espiritual, y la mente pecaminosa se somete a la ley. La gracia produce un sometimiento a Dios. Ahora nuestra dependencia es en la gracia y en la obra de Cristo no en la confianza de nuestra carne. De esta manera dejamos que Dios sea el que gobierne nuestra vida.
“Ahora son libres de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta”. Romanos 6:18
No olvidemos las palabras de Jesús:
“Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”. Juan 15:3-4
Jesus habla sobre estrechar nuestra relación con el por medio de una dependencia total. Depender de su gracia y de su amor estrechará nuestra relación con Dios. El pecado ha perdido el poder y cada vez dependeremos más de la gracia de Dios. ¿Te sientes culpable y oprimido por el pecado? No te sometas al poder del pecado que trae muerte, sométete al poder de Dios por medio de la gracia.
No podemos permanecer en Jesus y permanecer unidos al reino del pecado por medio de la ley. O nos sometemos a Jesus o nos sometemos a la ley. Pero no podemos cederle el domino a la ley, lo cual produce muerte. Vivamos para Dios.
Es posible que hay muchos hijos de Dios que todavía no entienden esta mentalidad libre del dominio del pecado, esos con mente carnal y pecaminosa insistirán que el pecado determina nuestra manera de vivir. Pero la Biblia habla algo más grande, del amor. El amor ahora impera por medio de la gracia en nuestra relación con Dios.
“En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados”. 1 Juan 4:10
Cuando Cristo quito el pecado de en medio, ahora solo queda el amor. Vivamos nuestra relación con Dios no por medio del pecado, si no por medio de nuestra relación de amor permanente. Vivamos agradecidos por su amor y por su infinita gracia.
Eres iglesia, perteneces al reino de Dios y no al domino del pecado.
Mi deseo es que conozcas al verdadero Jesucristo que describe la Biblia. Que goces de la libertad de nuestro Señor Jesucristo y que su gracia reine en tu vida! !Recibe ese regalo de paz y de amor que solo Dios te da, la gran bendicion de ser su hijo e hija!. !Recibe la abundancia de la gracia y el don de la justicia por medio de Jesucristo! !Cristo es digno de toda la honra y el honor!
Recibe sus bendiciones y escribeme con tu comentario.
Escrito por Abdiel Salas.
Abdielsalas@live.com
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Bendiciones!
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