“Piénsenlo de la siguiente manera: si un padre muere y deja una herencia a sus hijos pequeños, esos niños no están en mejor situación que los esclavos hasta que se hagan mayores de edad, aunque son los verdaderos dueños de todas las posesiones de su padre”. Gálatas 4:1
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El día de hoy te invito a meditar en la obra tan grande de parte de Jesús al dar su vida por nosotros.
“Piénsenlo de la siguiente manera: si un padre muere y deja una herencia a sus hijos pequeños, esos niños no están en mejor situación que los esclavos hasta que se hagan mayores de edad, aunque son los verdaderos dueños de todas las posesiones de su padre”. Gálatas 4:1
En una ocasión Jesus poco después de resucitar se apareció a dos personas camino a Emaús. Ellos aún no entendían lo que estaba pasando con la reciente muerte de Jesus. Totalmente decepcionados y entristecidos por lo que creían seria el Rey prometido de Israel. Usted puede leer la historia completa en Lucas 24. El punto es que ellos no lo reconocieron y tampoco entendieron la muerte de Jesus en la cruz y el propósito de Jesus al ser de esta manera. Estaban completamente tristes, decepcionados, sin esperanza, total mente ajenos o ciegos a lo que estaba sucediendo. Cuan Jesus se les apareció esto les dijo:
“Entonces Jesús les dijo: —¡Qué necios son! Les cuesta tanto creer todo lo que los profetas escribieron en las Escrituras. ¿Acaso no profetizaron claramente que el Mesías tendría que sufrir todas esas cosas antes de entrar en su gloria? Entonces Jesús los guió por los escritos de Moisés y de todos los profetas, explicándoles lo que las Escrituras decían acerca de él mismo. Para entonces ya estaban cerca de Emaús y del final del viaje. Jesús hizo como que iba a seguir adelante, pero ellos le suplicaron: «Quédate con nosotros esta noche, ya que se está haciendo tarde». Entonces los acompañó a la casa. Al sentarse a comer, tomó el pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a ellos. De pronto, se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Y, en ese instante, Jesús desapareció. Lucas 24:25-31
Esta es una historia increíble donde Jesus está jugando a las escondidas y Dios es el cómplice. ¿Cuantas veces nosotros podemos estar en la misma situación de ceguera espiritual al no entender la gran obra de Jesus? ¿Cuantas veces nos ponemos tristes al no entender lo que Jesus está haciendo? ¿Cuantas lecciones podemos sacar de aquí? ¿Qué fallo con los seguidores de Jesus?
Si nos ubicamos en el tiempo, toda la acción estaba en Jerusalén, es decir Jesus les dio la promesa del Espíritu Santo que iba a descender en Jerusalén. Pero ellos realmente se estaban alejando de Jerusalén, ellos estaban yendo hacia Emaús, por su manera de ver y entender las cosas se estaban alejando de Jerusalén, de la bendición. ¿Te encuentras tu caminado hacia Emaús espiritualmente por no entender lo que Jesus quiere hacer en tu vida? ¿Tal vez ya estás en tu Emaús espiritual y no te has dado cuenta? ¿Tal vez hay una ceguera espiritual causada por tu incredulidad?
Cuando no entendemos la obra de Jesus y no estamos dispuestos a creer la palabra de Dios sucede lo mismo con nosotros. En un sentido espiritual nos perdemos de la bendición que Dios tiene preparada.
Cuando no entendemos la obra de Jesus y no estamos dispuestos a creer la palabra de Dios sucede lo mismo con nosotros. En un sentido espiritual nos perdemos de la bendición que Dios tiene preparada. Regresando al pasaje de Gálatas 4:1 podemos ver lo que Pablo dice en cuanto a nuestra condición espiritual:
“Piénsenlo de la siguiente manera: si un padre muere y deja una herencia a sus hijos pequeños, esos niños no están en mejor situación que los esclavos hasta que se hagan mayores de edad, aunque son los verdaderos dueños de todas las posesiones de su padre”. Gálatas 4:1
Pablo tratando de explicar los dos pactos de Dios con el hombre, nos explica que podemos caer en esclavitud al no entender el nuevo pacto. Vemos una comparación entre los esclavos o sirvientes y los hijos que todavía son niños pero que están en la misma casa. Esos niños, aunque son herederos no lo saben, no lo pueden entender y no pueden administrar la herencia que recibieron. Eso hace que un hijo que es niño todavía no sea muy diferente a un sirviente o esclavo por su incapacidad de entender. Su manera de pensar en realidad hace que no exista mucha diferencia entre un siervo o esclavo.
Pablo habla precisamente de los pactos de Dios con nosotros sus hijos. Haciendo una comparación, ambos están en casa, pero no tienen los mismos derechos y responsabilidades. Cristo Jesus vino a romper esos paradigmas o maneras de pensar. Jesus enseñaba a la gente de esta misma manera, aunque sus enseñanzas eran difíciles de entender. Pero si nosotros tenemos una actitud receptiva podemos aprender mucho de su manera de vivir y enseñarnos a vivir. Estas enseñanzas han transcendido y precisamente ese es el objetivo de todo hijo de Dios. Vivir como Jesus.
“Jesús contestó: —Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado. Un esclavo no es un miembro permanente de la familia, pero un hijo sí forma parte de la familia para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres”. Juan 8:34-36
La gracia produce hijos
Un hijo de Dios no peca…. Un hijo es miembro permanente de la familia… Jesus es el que libera… Wow cuantas verdades en una expresión muy pequeña…
Una enseñanza muy común entre los cristianos es decir que no debes de pecar y si pecas es porque no eres hijo de Dios, y si pecas pierdes todos los derechos y bendiciones que Dios ha prometido. Unos inclusive dicen que pierdes la salvación y la puedes recuperar cuando te arrepientes. Esta enseñanza es la más común y la más aceptada en el cristianismo. Pero en realidad está equivocada… antes que digas que no… vamos a ver lo que realmente significa este pasaje.
—Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado.
La mayoría de los cristianos creen y entienden que seguimos siendo pecadores y por lo tanto esta enseñanza se aplica a los todos los cristianos o hijos de Dios. Creo que es muy fácil entender que alguien que comete pecado se vuelve esclavo del pecado, y todos podemos aceptar esta verdad. La ley nos muestra el pecado y al cometer pecado, sabemos que este nos condena y nos separa de las bendiciones de Dios. El pecado llego para hacer destrozo en nuestras vidas y reinar en la personalidad de cada uno de los pecadores. Al entenderlo así decimos que debemos vivir vidas perfectas, eso suena de muy cristianos y súper espiritual. Hasta aquí no es difícil entender porque la mayoría de los cristianos piensan así. Lo que muchos no saben es que esto aplica al antiguo pacto, el nuevo pacto es diferente. Entonces Jesus introduce algo nuevo y diferente, ahora dice:
“Un esclavo no es un miembro permanente de la familia, pero un hijo sí forma parte de la familia para siempre”.
Fíjate en las palabras “PERMANENTE” y “PARA SIEMPRE” Esto nos habla de algo que nos puede liberar, la relación padre-hijo es para siempre. Entonces, ¿qué relación tiene el ser esclavo o el hijo(a) dentro de una familia? Mucho… veamos…
Si un esclavo comete un error o pecado, debe pagar por su error o simplemente es tratado de diferente manera. Un ejemplo; si el sirviente o esclavo rompe un florero, debe pagarlo de alguna manera, tal vez se le cobrara. Pero si un hijo rompe el mismo florero, aunque el padre de familia se enoje, no hay deuda, el trato es muy diferente. Otro ejemplo puede ser; el siervo no puede disponer de todo en la nevera o la alacena de la casa, pero un hijo si, el hijo tiene el derecho de tomar lo que le agrade cuando así lo desee, porque es dueño de todo también. Cuando Cristo se refiere a la libertad y pone este ejemplo se refiere a la forma de pensar que él nos vino a enseñar y los maestros de la ley no entendían.
Jesus va más allá con esta enseñanza, el menciona que ser parte de la familia es un beneficio diferente, es “PERMANENTE” y “PARA SIEMPRE”. Si un esclavo peca, aun la vida del esclavo puede ser tomada o simplemente echado fuera de la casa. Pero el hijo recibe un trato diferente, solo por ser hijo de la familia. Pero eso no es todo, aquí viene lo más interesante…
Saber que tanto el esclavo como el hijo se van a equivocar o van a pecar, eso es seguro. ¿Entonces dónde está la diferencia? Sabemos que el trato es diferente pero también la manera de pensar tanto del padre como del hijo. Tanto Jesus como Pablo enseñaron esto porque es una realidad, hijos pensando como esclavos. Cristianos pensando como esclavos. Aquí es donde entra el amor, el hijo va a ser tratado con mucho amor, inclusive sus muchos errores no serán vistos como errores, porque por amor no se ven. La Biblia dice “El amor cubrirá multitud de pecados” y en otra parte dice “Al que más se le perdona más ama”. El Padre o la madre no ven en la mayoría de las veces los muchos errores de los hijos, solo por ser hijos o hijas. Entonces aquí es donde toma relevancia la relación, no es lo mismo la relación padre-hijo(a), que padre-esclavo(a) o siervo(a). Jesus rompió paradigmas al ensenarnos a pensar como hijos.
¿Entones esto que tiene que ver con el pecado? Mucho. Veamos de nuevo como Jesus relaciona la esclavitud con el pecado, llamémoslo errores, porque el pecado es errar al blanco al objetivo de Jesus.
“Jesús contestó: —Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado. Un esclavo no es un miembro permanente de la familia, pero un hijo sí forma parte de la familia para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres”. Juan 8:34-36
No creo que exista una declaración más importante dentro de la Biblia en cuanto a la obra de Jesus de liberación. Jesus por eso murió, para darnos libertad. Jesus relaciona directamente la esclavitud con el pecado, pero cuando habla de la libertad habla de El Hijo refiriéndose a el mismo. Ya no habla de pecado. Cuando habla de Él, habla de una relación permanente, para siempre y en libertad. Esa relación permanente se da solo al ser hijo, no esclavo. Observa que cuando Jesus se refiere a El mismo se escribe Hijo, cuando el habla de nosotros sus hijos se escribe hijo en minúsculas.
Esto es lo que Pablo también nos explica en Gálatas 4. Si entendemos que la ley nos hace ver nuestro pecado, también debemos saber que la ley nos trata como esclavos, porque no tiene amor, son un conjunto de reglas, no hay puntos intermedios, es pecado o no es pecado. Desde el punto de vista de la ley, si yo peco entonces soy esclavo del pecado, soy un pecador. Soy esclavo o siervo del pecado, punto. Esto es la ley o antiguo pacto, la ley busca nuestra perfección. Pero Jesus dice algo muy importante…
“Pero un hijo sí forma parte de la familia para siempre”.
Esta es la parte más difícil de entender para muchos cristianos, para Dios el hijo(a) no peca, porque su relación padre-hijo(a) no está determinada por la ley, sino por el amor, es decir su relación padre-hijo(a) predomina. Entonces viene la revelación más importante de parte de Jesus:
“Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres”.
Otra vez nota que la palabra Hijo esta con mayúscula, aquí Jesus se refiere a El mismo. Si Jesus el Hijo de Dios te hace libre, entonces verdaderamente eres libre… ¿Qué significa esto?
Jesus está quitando la ley como un medio que determine tu relación con Dios. Jesus vino a revelar al Padre y nos enseñó que podemos ser hijos de Dios por medio de su sacrificio en la cruz. Cristo pago con su sangre, vino a ratificar el pacto que Dios prometió con la humanidad. Así que si aceptamos esta relación Paternal padre-hijo(a) seremos verdaderamente libres. La única manera de ser libres, es no pecar, y la única manera de no pecar, es no tener ley de por medio. La única manera de permanecer es siendo hijos. PERMANECEREMOS PARA SIEMPRE.
Así es, el hijo(a) de Dios no peca. El hijo tiene un trato diferente, pero sin relación al pecado. La Biblia dice claramente, la paga del pecado es muerte. ¡Dios no miente! Entonces la única manera de no morir es no pecar, la única manera de no pecar es no tener ley. Al no tener ley necesito a Cristo y si no tengo a Cristo eso me hace pecador. Pero si tengo a Cristo ya no soy un pecador, ni esclavo, ahora soy un hijo de Dios.
Ahora como eres un hijo de Dios ya no pecas, solo por ser un hijo de Dios, ya no eres esclavo, eres hijo(a) de Dios. Aunque cometas errores ya no pecas porque eres hijo(a). Si esta verdad no te libera, es porque no quieres aceptar esta verdad. Este viene a ser el nuevo pacto a favor de los que aceptamos esta verdad. Jesus derramo su sangre como pago por nuestros pecados. Un pacto entre Dios y los hombres que lo aceptan. Pablo lo explica de manera más amplia:
“Piénsenlo de la siguiente manera: si un padre muere y deja una herencia a sus hijos pequeños, esos niños no están en mejor situación que los esclavos hasta que se hagan mayores de edad, aunque son los verdaderos dueños de todas las posesiones de su padre. Tienen que obedecer a sus tutores hasta que cumplan la edad establecida por su padre. Eso mismo sucedía con nosotros antes de que viniera Cristo. Éramos como niños; éramos esclavos de los principios espirituales básicos de este mundo. Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos; y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero”. Gálatas 4:1-7
¿Te fijas como la ley te separa de Dios y de la herencia? La ley te deshereda porque la ley produce esclavos. Jesucristo nos libera de la ley, entonces el Espíritu Santo nos enseña a comportarnos como hijos de Dios. El nuevo pacto te hace hijo y por lo tanto heredero. Mas adelante Pablo aclara más ampliamente este punto.
“Díganme ustedes, los que quieren vivir bajo la ley, ¿saben lo que en realidad dice la ley? Las Escrituras dicen que Abraham tuvo dos hijos, uno de la mujer esclava y el otro de su esposa, quien había nacido libre. El nacimiento del hijo de la esclava fue el resultado de un intento humano por lograr que se cumpliera la promesa de Dios; pero el nacimiento del hijo de la libre fue la manera en que Dios cumplió su promesa. Esas dos mujeres son una ilustración de los dos pactos de Dios. La primera mujer, Agar, representa el monte Sinaí, donde el pueblo recibió la ley que los hizo esclavos. Y ahora Jerusalén es igual que el monte Sinaí, en Arabia, porque la ciudad y sus hijos viven bajo la esclavitud de la ley; pero la otra mujer, Sara, representa la Jerusalén celestial. Ella es la mujer libre y es nuestra madre”. Gálatas 4:21-26
Y más adelante dice:
“Y ustedes, amados hermanos, son hijos de la promesa igual que Isaac; pero ahora son perseguidos por los que quieren que cumplan la ley, tal como Ismael —el hijo que nació del esfuerzo humano— persiguió a Isaac, el hijo que nació por el poder del Espíritu. ¿Pero qué dicen las Escrituras al respecto? «Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la mujer esclava no compartirá la herencia del hijo de la mujer libre». Así que, amados hermanos, no somos hijos de la mujer esclava; somos hijos de la mujer libre”. Gálatas 4:28-30
La mentalidad de esclavitud nos persigue. Pero estas dos mentalidades no pueden convivir, la mentalidad de esclavitud y la mentalidad de hijo(a) no pueden convivir. No puede haber confusión en tu mente, o eres hijo o eres esclavo. Echa afuera la mentalidad de esclavitud, echa afuera la mentalidad de la ley, echa afuera la mentalidad porque no compartirán la herencia. No convivas con la mentalidad de esclavitud, te robará la herencia, te perseguirá porque quiere lo tuyo. Todo lo que es producto del esfuerzo humano lleva a la esclavitud. La mentalidad de esclavo no se basa en la promesa. Si eres esclavo no pensaras como un heredero, esta enseñanza nos dice realmente que la esclavitud es producto del esfuerzo humano. Ismael (el hijo de la esclava) no nació bajo la ley porque el nació mucho antes de la ley, pero tenía la mentalidad de esclavo por haber nacido del intento humano.
El intento humano está lleno de orgullo y reemplaza la necesidad absoluta de Dios. Isaac heredo la mentalidad de hijo y heredero, el nunca peleo por tener o ganarse un derecho. Simplemente porque fue el producto de una promesa de Dios, al ser promesa de Dios fue estimado muy en grande. Isaac es una figura de Jesus. El antiguo pacto está basado en la ley, todo lo proveniente de la ley es meritorio, se gana e implica el esfuerzo humano. Pero el nuevo pacto está basado en la gracia, la promesa de Dios, ningún esfuerzo humano lo puede lograr. La gracia elimina completamente ese esfuerzo humano por querer ganarnos algo de Dios, la gracia es simplemente la promesa de Dios, es el favor que obtienen los hijos de Dios al creerle a El. Nuestra relación con Dios no está basada en la ley sino en la gracia, o sea en el regalo de Dios prometido. ¡Jesus!
—el hijo que nació del esfuerzo humano— persiguió a Isaac, el hijo que nació por el poder del Espíritu.
Todos los hijos de Dios hemos nacido por el poder del Espíritu Santo. Tenemos la mentalidad de hijos cuando creemos en Jesus, pero cuando regresamos a la mentalidad de esclavos no podemos entender lo que realmente Jesus es. La ley está basada en el esfuerzo humano, ese esfuerzo produce esclavitud porque está basada en la ley. La ley pretende reemplazar nuestra relación con Cristo y por lo tanto la relación como familia de Dios. Nosotros nacimos como hijos de Dios al aceptar su pacto, su sacrificio de sangre, al aceptar su paternidad, fue un nacimiento espiritual, hemos sido sellados con el Espíritu Santo. Este nacimiento espiritual está basado en el nuevo pacto, en el nuevo pacto no hay pecado. Si dices que hay pecado, es porque no entiendes el nuevo pacto. Pablo también dice que para los que estamos en Cristo Jesus NO HAY CONDENACIÓN.
Cristo es la libertad
“» Les digo la verdad, todos los que escuchan mi mensaje y creen en Dios, quien me envió, tienen vida eterna. Nunca serán condenados por sus pecados, pues ya han pasado de la muerte a la vida”. Juan 5:24
¿Lo leí bien o estoy leyendo mal? ¿O tengo una Biblia diferente a la tuya? El pueblo de Dios ha aceptado la mentalidad de esclavo. Porque es más creíble, pero la mentalidad de esclavitud es de la carne, la mentalidad de hijo es difícil de creer. Los seguidores de Jesus camino a Emaús no querían creer y entender lo que Dios dice en las escrituras, SUS PROMESAS. Esto suena increíble… los pecados no me pueden condenar, ya no merezco la muerte merezco la vida por aceptar al Hijo de Dios. Jesus murió y aun antes de morir tenia autoridad sobre el pecado, por ser Hijo de Dios y por pagar por nuestros pecados. En una ocasión Jesus le dijo a un paralitico:
“Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados». Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!»”. Mateo 9:6
Según la ley una persona debe hacer méritos para merecer la bendición, esto es obedecer la ley para ser aceptado y recibir cualquier bendición. Jesus como Dios mismo puede quitar la ley de en medio. Solo Él tiene la autoridad de perdonar pecados puesto que el pago por nuestros pecados y aun antes de morir Él lo estaba demostrando. Pero en ningún momento el paralitico pidió perdón de los pecados, fue iniciativa de Jesus. La sanidad del paralitico está relacionada con sus pecados directamente según la ley y el antiguo pacto. Tanto el paralitico como los maestros de la esclavitud, perdón maestros de la ley, es obvio que tenían mentalidad de esclavos. Jesus podía perdonar pecados por que el pago con su sangre en la cruz, él tiene la autoridad de perdonar pecados y sanar. La única manera de recibir la sanidad era no tener pecados, entonces Jesus se los perdono. Nota como Jesus le dijo “hijo mío”, ¿te das cuenta? la única manera de no ver los pecados es teniendo la mentalidad de padre-hijo:
«¡Ánimo, hijo mío! Tus pecados son perdonados». Mateo 9:2b
Cuando Jesucristo te ve como un hijo(a) tus pecados te son perdonados. Dios quita la ley de en medio, el gran impedimento, la ley que te condena, la ley que te esclaviza, la ley invalida las promesas de Dios, la ley que va en contra de la fe. Jesus tiene poder, Jesus tiene toda la potestad porque el pago el precio como Hijo de Dios. Él te habla a ti:
«¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!» Mateo 9:6
Cuando Dios habla de ti como un hijo él puede hacer lo que le plazca con tu vida. Él te perdonó todos tus pecados, Él te liberó de la ley, te liberó de la esclavitud. El deseo de este hombre era caminar, ser sano, pero su condición de esclavo no le permitía recibir el perdón de pecados y mucho menos la sanidad de parte de Dios. Para la ley es imposible recibir sanidad, la ley no puede sanar, la ley no puede liberar a una persona. Jesus es el nuevo pacto, lleno de gracia y de verdad, Jesus si puede perdonar pecados y sanar enfermedades.
Jesus te da hoy la mentalidad de hijo. Jesus te sana hoy de tus enfermedades y tus dolencias, Jesus es el que rescata del hoyo tu vida. ¡Jesus es la libertad!
Recibe la libertad y la herencia que solo Cristo te puede dar por ser hijo(a) de Dios!!.
Recibe la promesa de ser llamado un hijo de Dios. Esta es la verdadera herencia que Cristo nos dio.
Mi deseo es que la gracia de nuestro Señor Jesucristo reine en tu vida! !Recibe ese regalo de paz y de amor que solo Dios te da, la gran bendicion de ser su hijo e hija!.Da gracias a Dios por su amor y su infinita gracia.
!Que Dios te ayude a caminar en esta verdad siempre!. !Recibe la abundancia de la gracia y el don de la justicia por medio de Jesucristo! !Cristo es digno de toda la honra y el honor!
Recibe sus bendiciones y escríbeme con tu comentario.
Escrito por Abdiel Salas
Abdielsalas@live.com
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Bendiciones!
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